Apesar de los esfuerzos concertados por duplicar su tasa de alfabetización del 12,8% en 1990 al 25,3% en 2008, Burkina Faso sigue teniendo uno de los niveles de alfabetización más bajos del mundo según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. Un reciente estudio de evaluación nacional patrocinado por el gobierno sobre el sistema educativo reveló que no estaba en sintonía con las realidades sociales y económicas del país y que era costoso e ineficiente. Estos problemas, obviamente, socavan el acceso a una educación de calidad, así como a los esfuerzos nacionales de desarrollo.
Si usted tiene miles de jóvenes que no están en la escuela y no tienen trabajos con sus familias afectadas por la pobreza, usted puede imaginar lo vulnerables que son para ser utilizados y manipulados para llevar a cabo actividades negativas en su comunidad y en el país en grande. Los jóvenes en Burkina Faso ocupan el mayor porcentaje de la población de todas las regiones del país y, desafortunadamente, también un mayor porcentaje entre ellos, son analfabetos. Esto limita sus desarrollos intelectuales y personales, por lo que también contribuye a la falta de desarrollo de sus pueblos. Son vulnerables y se enfrentan a la inestabilidad económica, la falta de seguridad alimentaria y la supervivencia es la última categoría en la que automáticamente caen.
La pobreza es el factor clave que está detrás de muchos resultados de los jóvenes en África. Pero ser pobre y al mismo tiempo ser analfabeto es la peor situación en la que uno puede estar, lo que reducirá en gran medida las posibilidades de que los jóvenes alcancen su potencial. Muchas regiones, como Centre-Ouest, Centre-Sud, Centre y Plateau-Central, se caracterizan por tener infraestructura escolar deficiente, lo que a su vez afecta negativamente la calidad de la educación de los niños de las zonas rurales. Creemos firmemente en el poder de la diáspora mundial para mejorar y construir las infraestructuras escolares.
Burkina Faso
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